La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede ser dura. Te acostumbraste a dormir hasta tarde, a no tener horarios y a disfrutar del verano. Pero no te preocupes, aquí tienes unos trucos para sobrevivir a la vuelta a la normalidad y al otoño sin morir en el intento.
Toma una semana para adaptarte poco a poco. No pretendas volver al trabajo un lunes a las 6 de la mañana después de un mes de vacaciones. Ve adaptándote poco a poco antes de comenzar el trabajo y los horarios habituales, establécete rutinas realistas con buenos hábitos y regálate momentos de ocio para hacerlo más ameno.
Consejos para la vuelta a la rutina
Planifica una vuelta a la rutina progresiva
Volver a la rutina después de las vacaciones puede ser difícil, pero con buena planificación lo lograrás. Empieza por establecer un horario para acostarte y levantarte que te permita dormir las horas necesarias. Poco a poco ve adelantando la alarma para que el primer día de trabajo no sea un shock.
También organiza tu espacio de trabajo. Limpia el desorden, programa el calendario e incluye tiempo para comer saludable y hacer ejercicio. Establece metas realistas y divídelas en pasos manejables. No te abrumes tratando de ponerte al día de una vez.
Habla con tu jefe y colegas para coordinar las prioridades y expectativas. Pide retroalimentación sobre tu desempeño para saber en qué enfocarte. Y delega cuando sea posible. No intentes controlarlo todo ni asumas más responsabilidades de las que puedes manejar.
Finalmente, date tiempo para adaptarte. La primera semana enfócate en rutinas básicas y tareas importantes. Evita grandes proyectos hasta que te sientas cómodo con el ritmo de nuevo. Y ten paciencia contigo mismo. Poco a poco tu energía y productividad volverán a la normalidad.
Con planificación y perseverancia, la vuelta a la rutina puede ser mucho más llevadera. ¡Tú puedes!
Vuelve a los hábitos saludables
Volver a la rutina después de las vacaciones puede ser difícil, pero hay algunos trucos para sobrevivir el cambio sin problemas.
Duerme al menos 7-8 horas por noche para sentirte descansado y listo para los desafíos del día. Acuéstate un poco más temprano los primeros días de vuelta al trabajo o escuela para que tu cuerpo se adapte. También tómate siestas de 20-30 minutos si te sientes muy cansado.
Organiza tu tiempo y sé flexible. Haz una lista de prioridades y tareas por día, pero no te comprometas demasiado al inicio. date tiempo para readaptarte al ritmo. Divide tus obligaciones en partes manejables y recompénsate cuando completes algo.
Come sano y mantente hidratado. Una buena nutrición te dará energía y claridad mental. Ingiere proteínas, granos enteros, frutas y verduras. Y no te olvides de beber mucha agua para estar bien hidratado.
Sal a caminar. El ejercicio es una excelente forma de combatir el estrés y la fatiga. Sal a caminar 30 minutos al día, preferiblemente al aire libre. El sol y el aire fresco te harán sentir mejor.
Pasa tiempo con otros. La interacción social puede ayudar a mejorar tu estado de ánimo y hacer la transición más fácil. Llama a un amigo, únete a un nuevo club o inscríbete en una clase para conocer gente nueva.
Con paciencia y cuidándote, pronto te sentirás fresco y listo para esa rutina diaria otra vez. ¡Ánimo, lo lograrás!
Regálate momentos especiales que lo hagan más ameno
Pero no todo iba a ser un cambio extraordinario, ¿no? También es importante que sigas dedicándote momentos especiales, que dejes tiempo para el ocio y para disfrutar solo o en compañía. Y qué mejor forma para hacerlo que a través de la gastronomía.
No todo iban a ser dietas bajas en calorías y ejercicio, también puedes continuar con esa alimentación más saludable regalándote momentos para disfrutar y saborear.
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Haz la vuelta a la rutina más amena compartiendo platos como un delicioso jamón ibérico 100% de bellota cortado a cuchillo, una ensaladilla de gambas rojas con encurtidos y mayonesa de AOVE o unas croquetas de puchero. Pinta bien, ¿verdad? Platos como estos seguro que te ayudan a olvidar las penas.
Si quieres elegir un plato principal con verduras, te recomendamos nuestros espárragos a la brasa con holandesa y parmesano. Entre nuestras recomendaciones del mar, no puedes perderte el arroz meloso de gamba roja de Paramos o el pulpo a la brasa. Y si lo tuyo es la carne, nada te recargará más de serotonina que un solomillo de vaca con salsa de foie y cebolla perla caramelizada.
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Poco a poco, volverás a agarrar el ritmo y encontrarás tu equilibrio. ¡Ánimo! La rutina tiene sus ventajas, así que inténtalo ver como una oportunidad para establecer buenos hábitos y recuperar la estabilidad en tu día a día. Tú puedes con esto y más. ¡A por ello!
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